Dispersión de contaminantes

Los gases y partículas contaminantes emitidas a la atmósfera por una chimenea (de una casa, industria o vehículo) se dispersan (es decir se alejan y diluyen) de la fuente emisora debido al arrastre del viento o el efecto de los movimientos verticales. Si el viento es fuerte, la dispersión se debe principalmente al arrastre del viento. Cuando los vientos son débiles, el efecto de los movimientos verticales adquiere mayor importancia en la dispersión de los contaminantes. La Figura 3 esquematiza lo que sucede con los contaminantes en condiciones estables e inestables cuando el viento es débil. En el primer caso, los contaminantes se mantienen a una altura y con una concentración similar a la altura donde ellos fueron emitidos, debido a que la estabilidad de la atmósfera suprime los movimientos verticales que podrían perturbar el penacho de humo. Claramente, las condiciones estables no favorecen la dispersión de contaminantes. En el caso inestable en cambio, los contaminantes se dispersan rápidamente, debido a la presencia de desplazamientos verticales intensos. La turbulencia mezcla aire contaminado con aire más limpio, reduciendo la concentración promedio de contaminantes.

Figura 3: Dispersión de un penacho de contaminantes en una atmósfera estable (panel de la izquierda) y en una atmósfera inestable (panel de la derecha). En ambos casos se indica la dirección del viento por una flecha y el perfil de temperatura (línea sólida fina).