|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
El
caso de Santiago |
|
|
|
|
|
|
|
|
(A) Condiciones
medias
La
ciudad de Santiago se encuentra en una cuenca cerrada por cadenas montañosas
en las cuatro direcciones:
Cordillera
de los Andes al este, cordillera de la Costa al oeste, cerros de Chacabuco
al norte y angostura de Paine al sur. Los cerros en estas cadenas superan
los 1000 m de altura sobre el nivel del mar.
El
confinamiento lateral que producen las cadenas montañosas alrededor de
la cuenca de Santiago debilita los vientos en los primeros cientos de
metros sobre la superficie de la cuenca (la superficie de la ciudad varia
desde los 400 a 700 m sobre el nivel del mar). Como en promedio el viento
en la cuenca es debil (generalmente menor a los 3 m/s durante los meses
de invierno) la dispersión de contaminantes depende de la intensidad de
los movimientos verticales, y en consecuencia de la estabilidad atmosférica.
La
Figura 4 muestra el perfil de temperatura sobre la ciudad de Santiago
a distintas horas del día (este perfil comienza a los 500 m de altura,
la altura media de la cuenca). Ademas hemos superpuesto el perfil de temperatura
en la costa que ya describimos en la sección 2. La parte baja de este
perfil experimenta cambios a través del día a consecuencia del calentamiento
/ enfriamiento de la superficie de la cuenca. A las 11 PM, cuando el perfil
sobre Santiago coincide casi completamente con el perfil costero. A medida
que transcurre la noche, la superficie de la cuenca va perdiendo calor
y el aire en contacto con ella se va enfriando. Así, temprano en la mañana
(antes de la salida del sol, 7 AM), el aire más frío esta en los niveles
más bajos, y se observa una inversión térmica superficial que empalma
más arriba con la inversión térmica de subsidencia. Una vez que sale el
sol, la superficie de la cuenca comienza a calentarse, y el aire en contacto
con ella aumenta su temperatura. Este calentamiento superficial va destruyendo
la inversión térmica superficial, de manera que hacia las primera horas
de la tarde (3 PM) se desarrolla una capa superficial, denominada capa
de mezcla, en que la temperatura decrece levemente con la altura, y que
luego empalma con la inversión de subsidencia. Hacia el final de la tarde,
la superficie comienza a enfriarse nuevamente y se tiende hacia el perfil
nocturno.
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
 |
|
|
|
|
|
|
|
|
Figura
4. Perfil de temperatura sobre la ciudad
de Santiago a distintas horas del día. |
|
|
|
La
inversión superficial que se observa durante la mayor parte de la noche
y madrugada produce una fuerte estabilidad, limitando severamente la dispersión
de los contaminantes. Hacia el mediodía y primeras horas de la tarde, la
dispersión es mayor debido al desarrollo de la capa de mezcla que es inestable.
En invierno, cuando la radiación solar es debil, la altura de la capa de
mezcla no supera los 400 m. Los gases y partículas contaminantes pueden
dispersarse en la capa de mezcla, pero su transporte vertical está
limitado por la presencia de la inversión de subsidencia. Además,
como el tope de la capa de mezcla está aún por debajo de la
altura de los cerros que cierran la cuenca de Santiago, no es posible que
los contaminantes salgan de la cuenca lateralmente (Figura 5, panel superior).
Lamentablemente, los factores meteorológicos adversos a la contaminación
(vientos débiles, inversión de subsidencia, inversión superficial), están
presentes la mayor parte del tiempo en la zona central del país, de manera
que las condiciones promedio en la cuenca de Santiago tienden a la acumulación
de contaminantes. Es importante recordar que los factores meteorológicos
solo modulan los niveles de contaminación, y son las emisiones las causantes
reales del problema. Esto resulta claro cuando inspeccionamos como varia
en el día la concentración de contaminantes en Santiago junto a la variación
de la altura de la capa de mezcla (Fig. 6). Existen dos máximos en la concentración
de contaminantes: uno temprano en la mañana y el otro (menos agudo pero
más prolongado) al final de la tarde y comienzo de la noche. Ambos ocurren
cuando existen máximos en la emisión de contaminantes y la altura de la
capa de mezcla es muy baja. Durante el mediodía, hay una leve mejoría en
la concentración de contaminantes debido en gran parte al desarrollo de
la capa de mezcla. |
|
|
|
|
|
|
|
|
 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Figura
5. Corte esquemático de la zona central a la latitud de Santiago. Panel
superior: Condiciones medias invernales. Panel inferior: Condiciones durante
episodios críticos de contaminación. |
|
|
|
|
|
|
 |
|
|
|
|
|
Figura
6. Variación diaria de la concentración de contaminantes y altura de
la capa de mezcla. La barra inferior indica la tasa de emisión de contaminantes. |
|
|
|
(B)
Episodios críticos
Por
ultimo veamos que sucede durante los episodios críticos de contaminación.
Estos episodios se presentan varias veces durante los meses de invierno,
con una duración de 2 a 3 días. Como los niveles de emisión de contaminantes
son más bien uniformes en el tiempo (aproximadamente iguales todos los
días), la causa de estos episodios es la intensificación de alguno de
los factores meteorológicos adversos para la dispersión de contaminantes.
Durante estos episodios, el viento del este desciende desde la cordillera
de los Andes hacia el valle central y la costa. El aire al descender se
calienta por compresión, intensificando la inversión térmica de subsidencia.
En estas condiciones, la capa de mezcla que tiende a desarrollarse durante
el día por efecto del calentamiento superficial, ve su crecimiento disminuido
por la fuerte estabilidad que debe vencer. Si durante un típico día de
invierno la altura máxima de la capa de mezcla es de unos 400 m, durante
los días con viento del este la altura máxima no supera los 200 m sobre
la superficie de la cuenca (Figura 5, panel inferior). Esta reducción
en la altura de la capa de mezcla produce una disminución del volumen
de aire en el cual los contaminantes pueden ser dispersados, y en consecuencia
el aumento en la concentración de contaminantes en el aire de la ciudad
y zonas cercanas. El calentamiento asociado al viento del este también
hace disminuir la presión atmosférica a lo largo de la costa, produciendo
una baja o vaguada costera. El término de estos episodios ocurre
cuando el viento cambia del este (viento cordillerano) a oeste (viento
costero). El viento del oeste transporta aire más frío y húmedo desde
la costa (algunas veces acompañado de niebla y nubes bajas), que debilita
la inversión térmica y facilita la dispersión de contaminantes en la cuenca.
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
 |
 |
 |
 |
 |
 |
 |
 |
 |
 |
 |
 |
 |
 |
 |
 |
 |