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El fenómeno La Niña se desarrolla cuando la fase positiva de la Oscilación
del Sur alcanza niveles significativos y se prolonga por varios meses,
como por ejemplo en 1973, 1988, 1998, y se caracteriza entre otras condiciones
anómalas, por las siguientes, las cuales son esencialmente opuestas a
las de los episodios El Niño:
(A)
Disminución de la presión a nivel del mar en la región de Oceanía y aumento
de la misma en el Pacífico tropical y subtropical junto a las costas de
América del Sur y América Central. Esto contribuye a aumentar la diferencia
de presión que existe entre ambos extremos del Pacífico ecuatorial.
(B)
El aumento de la diferencia de presión entre la costa de América del Sur
y Oceanía hace que los vientos alisios se intensifiquen, lo cual a su
vez aumenta la eficiencia del proceso de surgencia de aguas profundas
relativamente más frías a lo largo del Pacífico ecuatorial.
(C)
Los vientos alisios anormalmente intensos ejercen un mayor efecto de arrastre
sobre la superficie del océano aumentando la diferencia de nivel del mar
entre ambos extremos del Pacífico ecuatorial. De este modo el nivel del
mar disminuye en las costas de Colombia, Ecuador, Perú y norte de Chile
y aumenta en Oceanía.
(D)
Como resultado de la intensificación de la surgencia de aguas relativamente
frías a lo largo del Ecuador, la temperatura superficial del mar disminuye
por debajo del valor medio climatológico. La presencia de aguas relativamente
más frías en este sector constituye la evidencia más directa de la presencia
del fenómeno La Niña. En general las máximas anomalías térmicas negativas
son de una magnitud inferior a las que se registran durante los episodios
El Niño.
(E)
Durante los eventos La Niña las aguas calientes en el Pacífico ecuatorial
se concentran en la región junto a Oceanía y es sobre esta región donde
se desarrolla la nubosidad y la precipitación más intensa.
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