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Un
Huracán es una gran perturbación que se produce en regiones tropicales
de la atmósfera donde las aguas del océano son relativamente cálidas (temperatura
alrededor de 28o). Se caracteriza por un gran centro de baja presión,
en torno al cual el aire gira a gran velocidad abarcando una extensión
de varios cientos de kilómetros.
Un
huracán se forma a partir de una una tormenta tropical, y es formalmente identificado
como tal, asignándosele un nombre, cuando el viento cerca de la superficie
supera los 120 km/hr. El nombre huracán se utiliza para identificar este tipo
de fenómeno en el Atlántico tropical, el mar Caribe y el océano Pacífico frente
a las costas de México y Centro América. En el océano Indico se les conoce
como ciclones, en el Pacífico tropical occidental como tifones y frente a
las costas de Australia como Willy-Willys. En cada región los huracanes son
identificados con un nombre, cuya primera letra se ordena en orden alfabético
a lo largo de la temporada (un huracán cuyo nombre empieza por B es el segundo
de la temporada).
La
energía que requiere un huracán para mantener su actividad proviene de la
liberación de calor que se produce en el proceso de condensación del vapor
de agua que se evapora desde la superficie del océano, formando nubosidad
e intensa precipitación. Cuando un huracán entra en el continente pierde rápidamente
intensidad al detenerse el proceso de fuerte evaporación desde la superficie.
Un
huracán bien desarrollado posee un núcleo central sin nubosidad, de un
diámetro entre 10 y 50 km, donde el aire desciende. Esta región se denomina
el ojo del huracán.
Los vientos asociados a un huracán pueden a veces exceder los 250 km/hr, causando
fuerte daños en edificaciones, líneas eléctricas y la vegetación. Más desvastador
aún puede ser el impacto de las inundaciones en zonas costeras bajas, debido
al fuerte oleaje y marejada asociada. Por la naturaleza y origen de los huracanes,
estos no existen en las costas chilenas.

En
la imagen se aprecia la imagen de un huracán, captada por un satélite
meteorológico el 28 de septiembre de 2000 en el Atlántico tropical. Se
advierte la presencia de un ojo, y la típicas bandas de nubosidad en forma
de espiral.
Referencias.
The Atmosphere. F.K. Lutgens y E.J. Tarbuck, 1979, Prentice Hall Observar
el Tiempo. W.J. Burroughs, B. Crowder, T. Robertson, E. Vallier-Talbot,
R. Whitaker. Ed. Planeta, 1998.
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